Desvanecimiento de las chispas de fuego
entre sus llamas relucientes se observan pequeños resplandores en el cielo que se esparcen por ahí como luciérnagas sin rumbo, tratando de ubicarse entre los cuatro puntos cardinales. Algunas se desvanecen como cenizas en los desiertos, ahora se ve allí en lo alto del cielo una pequeña lucecita naranja temblequeando en el firmamento peleando contra el viento, moviendo sus bracitos y piernitas tratando de seguir con luz, atemorizada por desvanecerse entre las ráfagas y ¡de repente, plaff, ya no está! Ya pasó a ser un puñado de cenizas en el espacio. Y aún me parece escuchar su voz en pedido de auxilio entre los zumbidos del tormentoso viento.
Pero hay algunas que se entregan sin tratar de seguir con luz ahí mismo llegan a lo alto del precioso, estrellado cielo y se desvanecen. Sus gritos son pequeños ecos que ya no retumban y van camino al eterno silencio. Tristes e inocentes chispas, luminosas y anaranjadas chispas. ¡Adiós! Chispas ¡Adiós!
RIO GASTON 1º 8º
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